Tras lograr convencer unos años antes a Psicosis Crítica para que se reagruparan y grabasen un CD, «Hay Gente Que no Escarmienta» (Los 80 Pasan Factura, 2007) con muchos de los temas de su repertorio que sólo habían quedado en maquetas de mala calidad, Los 80 Pasan Factura dan un paso más y repiten la experiencia. Pero esta vez con las dos bandas que dieron lugar en su momento a Psicosis Crítica: Hemorragia Sexual y Subresiduos.
Los primeros consiguieron reunir a la formación original casi al completo, salvo el bajista, alejado por entonces de toda actividad musical. Planteada la experiencia casi como una reunión de amigos que se vuelven encontrar pasados los años para pasar un buen momento juntos, Hemorragia Sexual dejó registrada una sesión en la que se pueden encontrar un buen puñado de temas de los que venían en aquella maqueta del 1986 grabada de forma totalmente rupestre: «Cuando llegue la anarquía«, «No queremos educación«, «La botella» o el pequeño clásico que llegó a ser «Putas«.
A pesar de todos los años transcurridos la actitud con la que parecen afrontar el trámite parece no haber cambiado. No guardan excesivos cuidados en detalles técnicos referentes al sonido o acabado de las canciones.
Lanzan las descargas en cartuchos independientes que a modo de popurrí incluyen 3 y 4 temas sin solución de continuidad. El primero de ellos sería el complemento que se ofrecía como extra en la versión editada en formato de CD frente al vinilo.
A pesar de la aparente descoordinación en los planos para cada una de las diferentes voces que participan, o del aire excesivamente festivo, de cachondeo incluso, algunas de las canciones que quedan aquí registradas tienen la contundencia y contenido de aquella posición contestataria de los 80: la espera de la anarquía, desprovista incluso de verdadero valor político como tal, la negación a cualquier sistema educativo que predisponga y prepare al individuo para ser aceptado en un modo social que sencillamente desprecian…
Destaca la cruda «La botella«, que en la mencionada maqueta se titulaba «Dame la botella«, remarcando la componente de la adicción que aisla y enfrenta al resto.
Hemorragia Sexual no ha olvidado la condición de perros callejeros que justificó su existencia en los 80. El reencuentro pasados los años no ha significado cambio alguno de aquella predisposición o al menos no ha alimentado su ganas de dar continuidad a todo aquello a tenor de lo acontecido tras la grabación.
Subresiduos suenan más compactos, más consistentes quizás. Vertebradas las canciones con guitarras con ganas de revestir o con trabajos de melodías vocales en los coros (como en «Mi ciudad» y «Destruir«), su propuesta suena a querer aprovechar esta segunda oportunidad que se les brinda. Y eso que en realidad no terminaría siendo la formación que graba este disco la que luego aseguraría la persistencia del proyecto (y quizás sea por ello por lo que la portada que se les reserva se haya confeccionado a partir de fotos que parecen haber sido tomadas tiempo atrás, a diferencia de la foto que se hacen Hemorragia Sexual, que los muestra en el momento actual ataviados con mascarillas).
Consiguen sonar a banda con corazón de rock and roll pero que puede sonar en ocasiones con la intensidad de Decibelios. Por ejemplo en el caso de «Destruir«, la canción con la que se abre su participación, a pesar de que en los créditos figurase «Muerto«, la versión del grupo alemán Slim en clave de reggae que pasara luego a integrar el repertorio de Psicosis Crítica, como primera.
También suena a los catalanes «Mierda«, quizás la más fresca de todo el disco. Junto a «Están muertos«, mucho más lenta de comienzo, y «Son vecinos«, completan el extra de Subresiduos para la versión del CD.
El disco constituye una pieza de valor innegable desde el mismo momento que ofrece bien grabados temas históricos. Mucho más cuando se hizo acompañar por un fanzine imprescindible en el que colaboran gran parte de los protagonistas de aquella generación suicida de los 80 en Canarias.
