En el otoño de 2012, el colectivo del Baix asentado en el Poblenou barcelonés, Hi-Jauh USB?, colgaba en Bandcamp el EP «Vas a morir» (Hi-Jauh USB?, 2012), el trabajo de presentación de Tirana, el personalísimo proyecto de Olivia Mateu, una de las integrantes del colectivo. Cinco canciones descarnadas, y un tema oculto, que revelaban una de las propuestas más interesantes en el panorama del sinth-pop alternativo. Una propuesta, además, de carácter netamente confesional e intimista.
Los temas, que venían construyéndose en la simplicidad del piano desde 2011, fueron grabados y autoproducidos con mucha calma en el nuevo local de Hi-Jauh, tras pasar por la maquinaria de arreglos y producción de Albert Espuña (Gúdar), a la sazón la otra pata del proyecto. El lanzamiento vino acompañado por el brillante videoclip de la inquietante «Kurt«, que rápidamente los colocó, via blogs, radio y webs, en boca del mundillo underground como una de las bandas revelación del 2012.
Pasaría un año hasta que, gracias a la colaboración con Vanishing Point, el trabajo se editara en formato físico, en forma de un split de 10» -enriquecido con un nuevo corte, «Totes les persones«- compartido con Espíritusanto, que presentaba en la cara opuesta su EP «Masculino/Femenino» (Hi-Jauh USB?, 2013). La sobria (carece de créditos), pero cuidada, edición de 350 ejemplares en vinilo salía a la calle en octubre de 2013, con nueva portada de silueta femenina en rojo y negro. El split dotó al EP de una nueva vida y proyectó a Tirana como grupo de culto, alcanzando posiciones notorias en las inevitables listas alternativas de lo mejor de lo mejor del año.
«Monstruo» es el tema que abre el trabajo y deja bien claro, como autorretrato psíquico, el carácter confesional de la propuesta. Sobre un delicado punteo acústico Olivia, casi recitando, se sincera con oscura y lúcida transparencia respecto a la autoculpabilidad, la identidad y la diferencia, sobre la voluntad de autosuperación y la impotencia. Mientras los teclados picotean entre el caos y la medodía, la percusión (Alberto Rodríguez de Gúdar) y unas rítmicas ráfagas finales suman tensión y dramatismo a la confesión. La deliciosa «Kurt» hizo de single y de tarjeta de presentación del disco gracias a la soberbia producción de Albert y al afortunado video producido por Miguel de la Fuente para Hi-Jauh USB?, con montaje de Mar Jardiel: Un impactante bombardeo de subproductos de la cultura icónica mediática contemporánea repletos de violencia social y estupidez humana; son explícitas las referencias a iconos de la inadaptación como Holden Caulfield y Kurt Cobain.
«Madre» es un ajuste de cuentas de una crudeza autobiógráfica casi insoportable. De nuevo en los teclados Nyman; de nuevo el tableteo de las armas. Con fuertes resonáncias edípicas, aborda con rabia terapéutica la cuestión de la libertad, la culpa, el resentimiento y la condena en la vertiente opresiva de la maternidad.
Sobre una secuencia angustiosa, cercana a la experimentalidad ochentera,»Nos basta» marca el paisaje tras la derrota, la renuncia a la trascendencia y la aceptación de las mínimas autosuficiencias cotidianas como único horizonte de equilibrio.»Totes les persones«, la pieza de regalo, es un tema delicado y frágil sobre la condición humana y la demanda de comprensión ante el vacío y la angustia; una angustia radical que se encarna en el grito primario de Albert Espunya cuando el lirismo inicial se convierte en desgarro.
La maternidad vuelve a presentarse problemática en «Serás mayor«, donde surgen los miedos ante la incertidumbre y el riesgo de la libertad que anida en el corazón del las personitas, ante el futuro inescrutable de los hijos, pero que también puede leerse desde la perspectiva futura de la triste ancianidad asolada, despersonalizada y terminal.
El EP se cierra con una pista oculta, desnuda la voz y delicadísimo el piano, que vuelve de nuevo sobre la libertad y la responsabilidad; otra vez sobre la culpa y los propios destinos elegidos.
La otra cara del 10» presenta la tercera entrega de los madrileños Espíritusanto, el EP «Masculino/Femenino». Se trata de un interesante trabajo conceptual, redondo en su concepción y factura, que en dos canciones -‘Masculino‘ y ‘Femenino‘- aborda el eterno tema de la imposible reconciliación de los polos sexuales. Amantes de las referencias cinematográficas, Espíritusanto componen una dualidad de escenas musicadas muy cercanas a la sensibilidad de Godard, rodadas en plano corto y confrontadas por la distinta perspectiva de género, para un mismo escenario: el fracaso cíclico del amor entre la mujer y el hombre.
En «Femenino» ella encara la decepción con íntimo dolor, lástima y cansancio. Desde el sampler inicial tomado de «Persona» de Bergman toda la canción tiene el aroma de la feminidad herida, pero la mujer continúa al fin empoderada y libre, consciente y realista, reprochando al otro la cortedad de miras y la incompetencia emocional. Cobran protagonismo los teclados envolventes, el tempo contenido y la voz dulce de Reyes muy a la manera de Klaus & Kinski.
En el otro polo, «Masculino» es una soberbia canción pop, donde el protagonismo vocal recae lógicamente en Andrés, y la consiguiente réplica en Reyes. La melodía amable esconde percusiones obsesivas y guitarras más densas y sangrantes, en consonancia con la masculina letra. Porque si la mujer salió airosa del desaire anterior, el hombre no está ahora a la altura. Acumula dos fracasos: el de la decepción y el de la propia incapacidad para afrontarlo. Queda así convertido en petimetre, en patán incapaz de responder al reto de una nueva masculinidad en transición, emocional y comunicativa: condenado a la autocompasión, el victimismo, la impotencia, la soledad vergonzosa y el nihilismo alcohólico autocomplaciente. Su dolor es por ello patético, infantil y cobarde. Ganan ellas la partida. Por goleada.
Las canciones se grababan y mezclaban entre 2012 y 2013 en los estudios Narita de Madrid, con producción a cargo de Juan Rey, quien también se encarga de las guitarras en el grupo. Lo subirían inicialmente al Bandcamp en mayo de 2013 acompañado de un clip promocional, con nuevos homenajes a Godard, a cargo de Gema Segura y Andrés F. González. La preciosa portada de Andrés Federico y Diana Hernández recogía un momento de intimidad paradójica de Alain Delon y Monica Vitti en «El Eclipse» (1962) de Michelangelo Antonioni, en una nueva vuelta de tuerca a la lectura cinematográfica del trabajo.
La excepcionalidad de ambas propuestas reunidas en un único vinilo hace de este 10″ un auténtico objeto de colección. De los que ganan con el tiempo.
