Surf Terror Trío

Otoño de 2004. Un amigo me llama por teléfono, muerto de risa, para contarme algo sobre Hello Cuca. Él y otros colegas han ido a ver actuar al grupo a un concierto gratuito de esos que sólo se dan en las fiestas patronales de pueblos muy pequeños; el lugar en cuestión, además, es conocido por ser una suerte de reserva natural para los heavies de la Región de Murcia, con lo que las camisetas con mónstruos y letras raras son multitud entre el público. Mi amigo prosigue indicando que la metálica audiencia se mostró indiferente cuando las Damunt y Alfonso Melero, que si de algo tienen pinta es de gente que toca para divertirse, salieron al escenario. Diez canciones más tarde, según él, el mismo contingente aplaudía y pedía más. "Los tíos estaban como locos con la guitarrista", me explicaba descacharrándose. "Al final del concierto se pusieron a pegar botes y a gritarle: ‘¡tíranos la púa!. ¿Te lo imaginas? ¡La púa!".

La anécdota puede haber sido exagerada para potenciar el efecto dramático, pero quien haya escuchado el riff de guitarra con el que arranca Surf Terror Trio se la creerá a pies juntillas. Si la inicial En la playa te planta en los morros ese mónstruo eléctrico capaz de poner a Angus Young y Joan Jett de rodillas y pidiendo más, Súbete al coche y el instrumental Rompetelalma enseñan al incrédulo que la banda de La Manga hablaba el lenguaje de Sleatter Kinney, vía Bikini Kill, antes que nadie más abajo de Brighton. Sobre una batería que es puro groove, el grupo articula un vocabulario preciso y flexible a la vez en el que rock’n roll y blues significan diversión, no pesadez:la cinta de 90 sobre la que canta Lidia Damunt (con letra, como siempre, de su hermana Mabel) en Juntad las manos es la banda sonora de una fiesta hawaiiana caníbal y surfera, A Medianoche nos devuelve al terreno de los riffs asesinos que eligen su propio destino (cualquiera se lo impide) y en Hipicat el grupo se despide demostrando que puede tocar más rápido y ruidoso que nadie. Entonces, el oyente se descubre a sí mismo gritando "¡la púa! ¡la púa!".