Finalmente, y una vez más, mediante Los 80 Pasan Factura, Ataúd Vacante consiguieron poner sus almas en paz con algunas de las cosas que terminaron atormentándolos en su primera etapa. Desencuentros con su anterior discográfica, cambios de nombre y la falta de proyección que hubieran querido fuera de las Islas Canarias llevaron al desánimo y parón de toda actividad. Como consecuencia de ello, una serie de temas, grabados entonces a espaldas de Discos Manzana / JaJa Records, quedaron condenados al olvido en una cinta que sólo unos pocos pudieron escuchar.
Es como consecuencia de toda la actividad que se desata con el 30 aniversario del comienzo del grupo -actuaciones, impresión de libro y reedición de «Nichiquitaniunamosca» (Medicinales, 1987) – que Yotti, responsable del sello arriba mencionado, convence a la banda para que den una segunda oportunidad a todo aquel material. La fiabilidad demostrada en anteriores labores de rescate con muchas otras bandas del punk canario de los 80 termina por convencerlos y se deciden a recuperar lo grabado y mezclado en 1994 en los Estudios Multitrack de Sta Cruz de Tenerife por Juanjo Jorganes. Del remasterizado se encargó Ayoze Hernández en los estudios Guamasa en enero de 2014.
La reaparición de Ataúd Vacante se caracteriza sobre todo por las maneras de banda de rock grande que demuestran. Contundencia y robustecimiento del «bronkarol» que dicen hacer de toda la vida, alejándose bastante de los aterciopelamientos de producciones de los discos anteriores. Mantienen como signo de identidad innegociable las canciones estructuradas alrededor de las voces de todos ellos como coros contestatarios, beligerantes, como un muro contra el que confrontar el tono característicamente serpenteante de Silver. El clásico de su repertorio «Hola!» es el ejemplo extremo, con un largo estribillo que cantan sin música: «Hola, hemos venido a acabar contigo y además para nosotros es divertido«.
Hacen gala desde el comienzo de la contundencia: «Subiremos al cielo» arrolla desde el principio. Obliga Pistols desde las baquetas a un ritmo frenético, que tan sólo parecen frenar un momento para hacer un requiebro de voces como a Jane’s Addiction. Coros al uso y, ya en el final, bromas entre ellos. De la mano de toda esa intensidad está el alto grado emotivo que arrastra. Algo similar al que provoca «Revolución» para dar inicio al «Nichiquitaunamosca»
De ese disco es precisamente «Hospicio«, que aquí recuperan en una nueva versión reforzada, a modo de bonus.
Algo más lenta, pero igual de rocosa gracias a unas guitarras de auténtico hard rock americano, es como empieza «Deslumbrante baby«. Otro aluvión de intensidad. Como el que más adelante despliegan en «La ruleta«, que sólo suaivza el tono, arisco en grado sumo por acción de las guitarras, cuando aparecen los coros.
Igualmente tratan la vertiente del rock voluptuosa, la de la exaltación de la excitación, la provocación y la lascivia, del sexo en definitiva. La que tanto temían los puritanos que criticaban a esta musica del demonio por llevar a los jovenes a la perdición, la que exaltaban las caderas de Elvis como los pantalones ajustados y lengua de serpiente de Jagger. Lo hacen con la logradísima versión de Moral Femenina, y de forma más encendida aún en «Exclusiva«.
Acaban de la que probablemente sea la mejor forma posible. Con una canción de las de a corazón abierto. Guitarras tejiendo un himno atemporal, con pétalos cayendo del cielo y miradas iluminadas. Ataúd Vacante son una banda de rock, son canciones hechas sentimiento.
Una segunda oportunidad perfectamente aprovechada.
