Sierra y Canadá

Sierra y Canadá

Con «El Fluído García» (Sony, 2011) Sidonie habían vuelto a acercarse a los desarrollos psicodélicos de sus inicios. El disco, a pesar de ser una de sus mejores entregas, no tuvo la aceptación esperada y el trío decide cambiar de aires. Deciden coger teclados y sintetizadores, tirar de Kraftwerk y OMD, y que las guitarras pierdan protagonismo.

Reconocen influencias de Joe Meek, Silver Apples, David Bowie y Pet Shop Boys, y Marc comenta que el álbum va de  «robots, de muebles de Ikea, del futuro de la masturbación, de la película Blade Runner, del feo de los Wham y presenta a Sierra y Canadá, dos personajes que protagonizan una historia de amor asincrónico».  Y es que estamos ante un disco conceptual con una interesante trama.

Sierra y Canadá son los dos personajes que protagonizan la historia de amor asincrónico que nos cuenta el disco. Dicha asincronía se debe a que estos dos seres se enamoraron a destiempo, es decir, que sintieron lo mismo el uno por el otro pero nunca en el mismo momento… «Canadá, el protagonista masculino, es quien nos cuenta la historia y quien bautiza a la heroína. Escoge el nombre de Sierra porqué a eso le supo su último beso: a frío metal dentado. Así saben los besos sin amor y también los accidentes. Él se hace llamar Canadá, nombre de país eternamente a la sombra de ese otro país vecino; ese que es hogar de triunfadores; ese que es tierra de los más fuertes y el definitivo destino de los libres. Ese complejo de segundón hace que Canadá le cante al astronauta Aldrin, al compositor Salieri, al medio héroe Robin, al K-2 (la casi más alta montaña del mundo), al feo de los Wham… A todos los segundones que siempre llegan tarde, a los que siempre pierden la final, a los que se alimentan del amor perdido. Canadá busca refugio en la ciencia-ficción, en los libros de Asimov y Philip K. Dick. Es como si viviera en la película Blade Runner, y en su compleja paranoia transforma a Sierra en un robot. Sólo así se explica a sí mismo la frialdad de los últimos movimientos de ella y esa despedida. El protagonista ve a Sierra como a una hermosa máquina, ejemplo de los últimos avances en robótica blanda, y nos canta que un día fue humana cuando él era un robot, revelándonos así la terrible verdad de la asincronía y de su propio pasado robótico«.

Nos encontramos con desarrollos abiertamente tecno pop como  «Gainsbourg«, o «Las dos Coreas» -«Siempre hay uno que ama más que el otro«-. Los sintetizadores y las bases son los protagonistas, pasando las guitarras a un segundo plano. Aunque nos encontramos con melodías efectivas e inmediatas como la de la inicial «Sierra y Canadá (Hisotoria de amor asincrónico)» o «El mismo destello«, lo que predominan son medios tiempos como «Yo soy la crema» o «Canadá (El feo de los Wham)«, cortes melancólicos con melodías muy OMD como «Un día de mierda» y épica y euforia vocal -«Estás aquí«-. Cierra la etérea suavidad de «Hiroshima mi amor«.

Un cambio de perspectiva que unos apreciarán y que mareará a otros cansados de tantos cambios de rumbo.

Grupo:

Axel Pi y Marc Ros estaban de...

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Tracklist:

CD 1

  1. Sierra y Canadá (Historia de amor asincrónico)
  2. Rompe tu voz
  3. Gainsbourg
  4. Yo soy la crema
  5. Un día de mierda
  6. Canadá (El feo de los Wham)
  7. Estáis aquí
  8. El mismo destello
  9. Canadá 2 (Cafeína y brevedad)
  10. Las dos Coreas
  11. La noche sin final
  12. Olvido y morfina
  13. Hiroshima mi amor

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