Raphael Canta…

Cuando una buena voz no sabe muy bien qué cantar, suele cantar boleros. Y ese es el ritmo que predomina en este disco en el que Raphael repasa once temas hispanoamericanos de lo más clásico y manido. Las hemos escuchado tantas veces que es difícil sorprender, pero de Raphael y su equipo musical cabía esperar un plus de novedad del que carece totalmente este trabajo.

Un LP cuyo máximo exponente es una canción que el veterano Lorenzo González había grabado dos décadas antes. De hecho, su discográfica sólo iba a sacar de él un single: “Cabaretera” (Hispavox, 1976) que, ni de lejos, iba a meterse en los primeros puestos de ventas.

Las instrumentaciones suenan a orquestina rancia, algo que no va del todo mal a estas canciones, pero que suenan a racanería después de los elaborados acompañamientos orquestales a los que estábamos acostumbrados. Siempre se puede esgrimir en su descargo que los y las fans habían ido cumpliendo años al mismo tiempo que el cantante, pero un buen numero de esos fans no se dieron por aludidos y Raphael continuó, al menos en España, su travesía del desierto. Y, a juzgar por lo que aquí se escucha, la fuente de la inspiración andaba escasa de agua en ese momento.

Como dato, casi de necrológica, señalar que este fue el último trabajo como arreglador y orquestador de Waldo de los Ríos, pocas semanas antes de su suicidio. Que nadie se pase. No existe ninguna relación causa-efecto.

Además de “Cabaretera”, elegimos como segundo corte el valsecito peruano “Alma, corazón y vida”. A este tema le sacó poco después buenos réditos comerciales el cantante Dyango.