¿Quién Quiere Primavera?

¿Quién Quiere Primavera?

Siguen fieles Pantones a una fórmula que los emparenta en lo musical, de algún modo, con formaciones como Fast Food o Sugus. Comparten con ellos las maneras ramonianas en sus querencias por las guitarras poderosas, una coraza, con la que el trío madrileño recubre letras superlativamente adolescentes. Historias de chicas y chicos indecisos o que no pueden esperar más a la reacción de su pareja, romances de piscina de verano, chicas que a pesar de haber planeado no salir, terminan la noche a solas con el chico que les gusta… Ésa es la propuesta, no quieren que nadie se llame a engaños, aunque dejen caer convenientemente distribuidas alguna referencia explícita a nombres destacados del santoral como New York Dolls o Johnny Cash.

Aires de high-school norteamericano como en su «¿Quién quiere primavera?«, baladas y una comunión total entre la contundencia de la música y unas voces que perfectamente podrían trabajar con solvencia en el modelo acústico. Formato que por otro lado ya han explorado cuando se requería.

Precisamente a composición de grupo coral yanqui suena «Mejor nos odiamos«, a ese rockabilly primigenio en el que lo que primaba eran las voces.

Hablan de la primavera desde el título, se recrean en el verano de piscinas («El bus de la piscina«), pero sin embargo, han dado un empujón al único tema de marcada orientación invernal. Navideña para ser más preciso, porque para su «Canción de Navidad» idearon un videoclip, dirigido por Norberto Ramos, con guión de sustituciones en escena. Algo en la canción me retrotrajo momentáneamente a Transmision Vamp o Primitives, otras opciones del pasado en eso de recrear dulzuras envueltas en guitarras punzantes. La canción se presentó, claro, a principios de diciembre, a modo de formato digital, como también harían con «Ya no puedo esperar» y «¿Quién quiere primavera?«.

Y siendo como es larga la sombra de los Ramones sobre la mayoría de las canciones, han abierto con su nuevo trabajo Pantones, la posibilidad a vías de exploración diferentes: eligen a Ace of Base para su cuota de versiones («The sign«) y proponen comienzos como de nueva-ola para «Minifalda«.

Aires de los que es responsable en parte Guillermo Farré (Wild Honey), que colabora con arreglos que incorporan sintetizadores y teclados. En otra onda distinta, se decantaron por violines, a cargo de Almudena, para ambientar el corte que da título al álbum.

En lo que califican como un intento de dar un paso adelante respecto a «Ruido Rosa» (Subterfuge, 2014), han trabajado en lo estudios Westline de Juan Blas (The Big Bench, Nothink, Minor Empires), con la supervisión, eso sí, del tandem sincutronic: Joaquín (Los Nikis, Los Acusicas) y Pelayo (ddt, Los Acusicas, Vigilante Gitano) que les acompañó desde el principio.

La portada de esta su nueva entrega merece también mención, ya que el grupo trabajó con el dibujante Juan Díaz Faes, que les dibujó a los tres inmersos en una densa maraña de colores y objetos.

Refrendados por la estética amable y juvenil de la banda, que irradia irresistible simpatía por los cuatro costados y abrigados como están por quienes saben hacerles llegar a muchas partes, consiguen hacer asequibles las durezas punk rock a casi todos los públicos. Por el momento, sus discos hablan de una muy buena salud y ganas de seguir en la brecha.

Grupo:

Pantones tiene su origen en el propósito...

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Tracklist:

  1. Ya no puedo esperar
  2. Sitcom love
  3. ¿Quién quiere primavera?
  4. Atrapado en el tiempo
  5. La chica dudosa
  6. Yo no iba a salir
  7. El bus de la piscina
  8. Mejor nos odiamos
  9. Meteoritos
  10. Lo intenté
  11. The sign
  12. Canción de Navidad
  13. Minifalda

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