Pequeño

Pequeño

Bunbury decidió tras su cambio radical lanzarse al mar (mediterráneo, claro). Este suicidio artístico supuso a la postre su resurrección. Tras la apología electrónica de su debut, que conllevó el lógico rechazo de su habitual parroquia (acostumbrada a las guitarras y el cuero), Enrique tomó la decisión de lanzar un órdago: iba a hacer un disco como le diera la gana, y si fracasaba, se retiraría de la partida de manera definitiva.

Puestos a creérnoslo todo, diremos que el que había planteado como su último álbum fue el que le abrió las puertas a una renovada carrera; la exploración constante de sonidos tradicionales iberoamericanos es su nueva bandera.

En “Pequeño” (Chrysalis, 1999), Bunbury olvida sus delirios de grandeza para volverse humilde, esencial, claro, adulto y casero. De hecho, siempre defendió “Pequeño” como un disco que pudiera ser escuchado por sus padres sin que éstos se taparan los oídos. No sólo logró su doméstico objetivo, sino que también consiguió hacerse escuchar por los críticos y el público, que aplaudieron la nueva criatura al unísono.

“Pequeño” es un trabajo de paleontología musical que rescata sonidos tan olvidados por la música moderna española como el pasodoble, sonidos sudamericanos y arabescos reactualizados. Todo ello envuelto en el embalaje rock, pop, e incluso la electrónica (de una forma mucho más comedida). Comienza a explotar la veta de la música cabaretera (con la sombra de Tom Waits amenazando) en temas como “Infinito” o “De mayor”, y lanza al ruedo a una artista en ciernes: Eva Amaral.

Temas con una clara proyección comercial, como el single “El extranjero”, se intercalan con otro de menor interés, como “Robinson”, pero el conjunto luce de maravilla al lado de otras creaciones mucho más alejadas en intención y pensamiento como las obras setenteras de Serrat o algunas mucho más enraizadas y costumbristas como el folclorepatrio de los sesenta.

Así que del posible canto del cisne de Bunbury pasamos a una resurrección sin parangón que marca, de hecho, el primer paso del artista hacia una senda nueva, diferente y original.

Grupo:

Enrique tenía doce años y cinco mil...

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Tracklist:

  1. Algo en comñn
  2. Infinito
  3. El extranjero
  4. Sólo si me perdonas
  5. El viento a favor
  6. Lejos de la tristeza
  7. ¿Dudar?
  8. Quizás demasiado tarde
  9. De mayor
  10. Bailando con el enemigo
  11. Robinson
  12. Contradictorio

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