Auténtica sorpresa la deparada por Vómito con este CD dedicado enteramente a versionear a una banda mítica como Parálisis Permanente. Lo que empezó siendo un entretenimiento en las sesiones de ensayo previas a «En La Zona Zero» (Potencial Hardcore, 2010) a mediados de 2009, se convirtió al final en la edición de trece temas (número previsiblemente escogido a propósito) de la discografía del grupo madrileño. Según cuenta Claus, cantante de la formación, al principio registraron unas cuatro canciones, entre las que se encontraban, por ejemplo, “Sangre” y “Unidos”, y se pusieron en comunicación con Ana Curra. Animados por su respuesta entusiasta al oír el resultado, se deciden a hacer más versiones y editar el CD.
Se acabó de grabar a primeros de 2011, entre el local-estudio que tenía por entonces Mike El Gordo (el guitarrista) y las casas de alguno de ellos, sin escatimar en ocasiones, técnicas tan artesanales como las de poner colchones en las paredes para mejorar la acústica de las habitaciones. No por ello dejaron de lado cuestiones tecnológicas varias, que con tanta soltura maneja Mike.
Editado por Potencial Hardcore, canal utilizado principalmente desde el regreso que tuvo la banda en 2009, se presenta con una portada diseñada por el propio Claus, en la que en fondo negro aparece una silla de ruedas desde la que salen chispas de electricidad. En el interior, muy sobrio, foto desplegable del grupo obra de Rosa Rico, en la estética que mantiene Vómito desde la presentación de su sencillo “Regreso A La Escena Del Crimen” (Potencial Hardcore, 2009). Incluye además una emotiva nota de Ana Curra en la que reconoce en Claus a otro de los que, como ella, viene del otro lado. Asimismo ve en sus bandas respectivas, Vómito y Parálisis Permanente, “eslabones de una misma forma de sentir la cadena de la vida”, portadoras de “la lucidez y perspectiva que dan los límites”. Sin duda, una manera cuidadosamente elegida para destacar un más que interesante encuentro entre dos bandas que, a pesar de similitudes estilísticas, pertenecieron a escenas diferentes (y a veces enfrentadas) de los 80. No resulta, sin embargo, un matrimonio de conveniencia, ya que por un lado los de Irún ya mostraron querencias por tonalidades oscuras y siniestras, tanto en letras como en música, en el paso adelante dado en “A Un Paso de la Locura” (Discos Suicidas, 1990), y por otro, Claus, en el inpass que supuso Radio Terror, ya hizo una versión de “Tengo un pasajero”.
Recurre Vómito a ocho temas de “El Acto” (DRO, 1982), tres del sencillo “Quiero Ser Santa” (DRO, 1982) y los dos del sencillo “Nacidos Para Dominar / Sangre” (Tres Cipreses, 1983), evitando recalar en las canciones que tradicionalmente más han sido versionadas ya en el pasado, como “Autosuficiencia” o “Un día en Texas”. Este detalle, destacado por la propia Ana Curra, fue comentado por Claus en entrevista en la radio, en la que afirmaba que de haberlo hecho, hubiesen optado por darle la vuelta por completo a estas canciones, ya míticas por otro lado.
Y es que, si algo destaca en este ejercicio de Vómito para con Parálisis Permanente, es la perfecta armonía entre fidelidad a la estructura de los originales y un desarrollo hasta más allá de los confines en los que se definieron en su día. Para el proyecto, los de Guipúzcoa, además, hacen uso de una más que destacable flexibilidad; la que les permite utilizar sin arrobo alguno herramientas como teclados (en muchísimos momentos del CD), acordeones francesas (“Nacidos para dominar”) o incluso violines (“Te gustará”), no vistos hasta entonces en el repertorio de la banda. Claus nos habla hasta de cellos y una voz tenor.
Como resultado se llega a una tierra de nadie entre ambas bandas de lo más interesante: Claus pone la voz adecuada a unos temas que antes sólo habían funcionado con la de Eduardo Benavente, los teclados no son ni de una banda ni de otra, y la contundencia que aportan los vascos infunde una componente industrial al modo de Killing Joke o Rammstein (por tratar de acotarla entre bandas dispares) que casa a las mil maravillas con canciones como “Sangre”, “Tengo un pasajero” o “Adictos a la lujuria”. En la lectura de esta última canción destaca el comienzo apocalíptico y el tratamiento en la voz principal.
Las guitarras chirriantes que trae Vómito en la segunda juventud que están viviendo, se dejan escuchar entre el armazón de canciones como “El acto” o la misma “Tengo un pasajero”. Los teclados evolucionan libremente, sin anclarse en los que grabara en tiempos Ana Curra, en pasajes de “Vamos a jugar”, haciéndolo incluso más luminoso, en los tonos eclesiásticos que adopta “Te gustará”.
Habría que hacer, además, a mi juicio, menciones especiales en algunos capítulos. “Unidos”, por ejemplo, es una pasión personal. Lo era en manos de Eduardo, Ana y compañía, y me sigue pareciendo una delicia de siniestralidad, contundencia e intensidad tal cual aparece en este CD. Vómito le añade hasta reverberaciones al final. También resulta destacable la contención que exige “Nacidos para dominar”, faceta que no trabajan en exceso en la piel de Vómito y que sin embargo aprueban con nota en este examen.
Otro ejemplo de lo que puede aportar el grupo es “Héroes”, donde no tienen problema en recrearse en largos recorridos, algo más similares incluso a las maneras del glam en el original de David Bowie; o “Todo el mundo”, donde guitarras y teclados ofrecen una jugosa lectura con la que cerrar el CD.
Disco que supone casi un acontecimiento histórico por el carácter de los dos grupos involucrados. Cabe lamentar sólo lo escaso de la información aportada en la hoja interior, tanto en cuestiones técnicas como en aportes de la banda (reflexiones, mortvaciones…) a la hora de componer esta pequeña joya. La ocasión merecía sin duda un esfuerzo mayor en este apartado.
