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Que el grupo apenas llevara unos pocos meses funcionando y que sobre todo el proyecto revolotease una inevitable sensación de incertidumbre de si la experimentación con el baglama saz recién llegado de Turquía iba a dar para mucho más que los primeros escarceos en el local de ensayo no fueron impedimento para que se acordase esta grabación temprana. Los madrileños de Mohama Saz se fueron a su refugio Influx Estudios en Palomares de Béjar (Salamanca) para intentar aprovechar la frescura de esos primeros momentos de experimentación. El proceso de elaboración les llevó ratos libres desde octubre de 2014 hasta febrero de 2015.

Composiciones densas y sinuosas, propicias a escapar de la velocidad excesiva para apostar por el rastreo de un sinfín de sensaciones. Saxo, clarinete y el omnipresente baglama saz se encargan de confeccionar las líneas principales de unos temas que serpentean por sendas cercanas al kraut-rock, el folk espacial y la psicodelia.

Se lanzan encantados a dejar explícita en la mezcla los aires flamencos del rock de Triana, haciendo una personal versión con aires orientales de «Recuerdos de una noche«. La voz de la misma se contrapone a las suavidades de la de «Huracán raki«, uno de los momentos de mayor magnetismo de todo el disco.

Para la composición de «Condomina» dicen haberse inspirado en un riff de los turcos Baba Zula, mientras que «Hami» parece elaborado con la misma anarquía musical de los ejercicios de free-jazz.

El experimento, de resultados más que brillantes, se editó a partir de Influx, o lo que viene a ser lo mismo, de manera autogestionada.

Un ejemplo ilustrativo de lo que puede lograrse con amplitud de miras y ganas de mezcla.