Jugar al Gua

Primer LP de Rosendo tras dejar RCA, pero más experimentos con gaseosa en una etapa de total libertad creativa en la que el cantante incluso toma las riendas de la producción.

Arranca el disco con “Bajo cuerda” un rock and roll dicharachero y muy simpático donde no falta un piano bien ajustadito, siguiéndole “Manifiesta deprimente” que no se olvida del toque ochentero de otras ocasiones con unos arreglos de sintetizadores para mi gusto algo forzados.

Siguen “Nada especial” y su ritmo lento y cansino y se encienden de nuevo las alarmas: parece que Rosendo vuelve a perder los papeles como ya pasara en algunos momentos de su anterior trabajo “…A las Lombrices” (RCA, 1987), no sabemos si quiere ponerse romántico, misterioso o noctámbulo, pero el caso es que no le pega nada de nada.

Tras el susto, un resoplido de alivio. “Jugar al gua” te llega adentro con mucha rotundidad sin perder las buenas maneras en ningún instante –vuelve el piano a coquetear con el oyente con mucho descaro– y le sigue “Sumisión” que se queda en tierra de nadie con su guitarra rítmica cargadísima de distorsión y sus arreglos pop; sonando por fin el famoso reggae “Del pulmón” amado y odiado a partes iguales.

Tras el experimento suena “Flojos de pantalón”, a la postre la canción estrella del disco y uno de los clásicos inmortales del cantante madrileño. Claro está que no se la juega en este corte: ritmo, guitarras tensadas y el de Carabanchel sacándose las tachuelas de entre los dientes. Así, sí.

Cierran dos cortes muy correctos “Cosita” y “Voluntad pasiva”.

La búsqueda de nuevos sonidos de Rosendo no terminaría aquí, lo que sí lo haría serían sus discos de estudio con Twins –su nueva compañía– antes de ser absorbida por DRO, no obstante tendría tiempo de editar su primer CD en directo de su etapa en solitario.