De alguna manera el verdadero álbum de Afonía, teniendo en cuenta el carácter de maqueta, sencillo, compartido y recopilatorio del resto de su discografía. Y además porque lo tiene todo: portada con el grupo en pose y actitud punk, logrado diseño, el título generacional (aprovechando uno de los temas de aquella «Maketa» (Fragment / Música Autónoma, 2004) y que añaden sólo como extra en el CD- y grandes temas en su interior.
Tiene carácter de transición, la provocada por el cambio de cantante, que hace que coexistan temas cantados por Ijurko, en proceso de dejar el grupo, y por Dani, que estaba entrando. Unos y otros se grabaron en dos estudios diferentes, uno en el mismo local en Hernani en mayo de 2006, con Aitor (Valium Generation) al mando de las cuestiones técnicas y otro en Ondarra (Guipúzcoa) en los estudios de Mikel Santos en abril de 2005, donde finalmente se masterizó todo.
A las cuestiones del diseño hay que añadir la portada desplegable del CD que incluye letras, información varia y una presentación de los componentes del grupo a modo de esquela de periódico.
Empiezan con «I don’t feel alright» que toman directamente del sencillo «Afonía» (Puzkarra, 2005) y aseguran al oyente la escucha de auténticos himnos como «Txakurra» o «Hernani es una mierda» (versión del «I don’t like you» de Skrewdriver), que comparten algo de la misma tensión y electricidad. Canciones vertebradas con la misma contundencia del punk abrazando maneras de oi! Cualquiera de los dos cortes debería estar no ya entre lo mejor de la banda sino del punk vasco de la primera década del siglo XXI. Si bien de la primera sabíamos por el sencillo, el canto de desafección a la localidad natal se estrena aquí para la ocasión.
Letras centradas precisamente en el ladrido hacia las fuerzas de seguridad o al hastío de no tener nada que hacer en una población trampa que va más allá del «Mierda de ciudad» de Kortatu. También se preguntan por el porqué, cantan a perros viejos y sucios e indican de qué va su generación, o al menos de lo que no quieren que vaya. Esa generación por otro lado que terminará en los geriátricos de los que cantan en «Geriatriko 2059» y que, a poco que se descuiden, vivirá idiotizada por la Play-Station y hamburguerserías norteamericanas como explican en «Valium generation«, tomando prestado para el título de la canción el nombre del grupo de Aitor, asistente en las grabaciones de muchos de sus cortes.
Hay también hardcore acelerado, tocado a toda velocidad y con la crudeza propia del rumbo que marcaron proyectos previos como R.I.P. o Radikal HC. En estos parámetros se entienden «Zergatik?» («¿Por qué?«), «Zure esku» («Está en tus manos«) en la que animan a la juventud a cambiar las cosas, «Zakur zikin zaharra» («Sucio perro viejo«) o la misma «Lapurtu» («Roba«), otra de las recuperadas de la maqueta, y que en entrevista explicaban que habían compuesto para contar de robos en grandes supermercados.
Tiene el repertorio que interpreta cada uno de los dos cantantes muestra de esta versión acelerada junto a a la de otras canciones, más lentas, y con letras en principio menos crispadas: «La mano del muerto«, canción del gafe, la tragedia del ludópata («Poker de jotas«) o la misma «Odio en el asfalto«, penetran en cuestiones de menor calado político-social. «Jose Antonio el demonio» por contra, se centra la crítica a políticos locales, como también hicieran por ejemplo Tijuana in Blue.
La transformación del ciudadano normal cuando engancha un volante tiene, con todo, algo de la que denunciaban por ejemplo The Partisans cuando se les da un arma a los soldados para convertirlos en máquinas de matar: «Yo que salgo de mi casa todo tranquilo, en una bomba de odio me habeis convertido«.
El valor del CD se dispara cuando ofrece además a modo de temas extra material de la maqueta y sencillo previo. Me atrevería a decir que es uno de los discos fundamentales para entender los derroteros del punk vasco actual.
