Flash

Rodeada de amigos como los hermanos Canut, Loud o Varón Dandy, La Prohibida debutó con «Flash» (Susurrando, 2005), un disco cuya portada, inspirada estéticamente en la serie Jem & The Holograms, daba muchas pistas sobre su contenido: tecno pop fácil, divertido y bailable. Llegó como un soplo de aire fresco a la aburrida escena madrileña, consiguiendo poner a bailar a propios y extraños. Aunque no solo de tecno pop vivía La Prohibida, e incluyó algún bolero y sonidos cercanos a la revista.

El disco se abre con el hit «Flash», un petardazo electro pop de letra banal y despreocupada que invita al desparrame. Como una Lio del siglo XXI, La Prohibida dejaba claro su preferencia por la música francesa y la eletrónica de los 80. Incluso en «En la pared», segunda pista de «Flash», la melodía y la temática de bolero se ven envueltas por una producción que añade teclados electrónicos y toques tropicalistas y lounge. Estos dos primeros temas marcan en cierta manera los dos tipos de canción que nos encontraremos en adelante, siendo unas muy electrónicas y bailables y otras más dramáticas y casi tradicionales. En el primer grupo nos encontramos la magnífica «Amor eléctrico», la mejor canción del disco, que adelanta a La Prohibida de 2009, «Sin tu amor», con su sample de Kraftwerk (¿un travesti cantando encima de música de Kraftwerk? Ese es el universo de La Prohibida) o «Love for ever robot», cantada en inglés, donde se mezclan chips y cicuitos con la erótica más evidente.

En el segundo grupo, para mí el menos interesante, están canciones menores como «Desnuda o vestida» o «C’est la ouate», que a pesar de su producción electrónica, suenan algo trasnochadas. Sin embargo, cuando mezcla bien las dos tendencias, consigue clásicos instantáneos, como «No busques compañía».

Otra de las referencias de La Prohibida, que nunca falta, es la Eurovisión de la época dorada, cuando el festival realmente tenía algún peso y descubría a artistas interesantes. Esta tendencia se ve representada descaradamente por «European lovesong», donde hace un repaso a todos los países del viejo continente con una producción muy acorde, que no desentonaría en una recopilación de lo mejor del festival a lo largo de su historia.

El disco incluye, además, una remezcla de «Flash» y una versión de esa misma canción en francés, que no aportan demasiado. En general, «Flash» no es un mal disco, pero se ve arrastrado por una producción algo casera y por la falta de unidad en el repertorio. Está claro que este eclecticismo está buscado, La Prohibida afirmó en una entrevista que hizo el disco que le apetecía hacer, tomando referencias de todo lo que gustaba y metiéndolas en la batidora, pero el resultado es irregular. Aun así, una cosa que deja clara «Flash» es que nos encontramos ante una artista que sabe interpretar, que tiene las ideas claras y mucho que decir.