Estaba en Llamas / El Salvaje Abandono

Ellos afirman que las canciones se les aparecen en sueños, como ectoplasmas sónicos, marchando hacia la oscuridad en una danza macabra. También que el empujón necesario para que sus canciones viesen la luz, vino de Blas Silva (Carrero Bianco)… Del abismo a vuestros corazones. El caso es que en la primavera del 2014 Elvis Negro graban su primer disco a las órdenes de Roberto Mallo (Triángulo de Amor Bizarro, Franc3s…) y casi en simultáneo surge el amor entre Prenom, colectivo editor de bandas como Chicharrón o Pantis.

Nos entregan ocho cortes estudiados, realizados con un bisturí eléctrico en las manos expertas de un cirujano patafísico. Cortes intensos y punzantes, que harán que la música viva en vuestro interior, y que a veces duela… o escueza como cualquier herida abierta a la luz del sol.

“A veces está bajo” abre el telón, la exhibición clandestina de sentimientos y otras atrocidades. Ritmos repetitivos, pulsaciones eléctricas de un corazón artificial, letanía espectral en la madrugada… “No vendas más tu olor / no vendas más dolor… Isabella”.

A veces las pesadillas se vuelven realidad, en otras ocasiones vivimos con el miedo permanente de no tener la certeza de que no vayan a convertirse en realidad. En “Plegaria del simio impaciente” muestran uno de esos temores, el de una subida del nivel del mar hasta la altura de los rascacielos: “Y aunque no sabemos nadar no tendremos ningún miedo / porque tú sabrás cambiar nuestros brazos por aletas y mientras la carne muerta corrompe la superficie / nos enseñarás a respirar bajo el agua para así poder nadar / Siempre a tu lado”. Fe ciega.

“Al amor y a la amistad (y a la aniquilación total)” llega con ritmos coldwave palpitantes, como unos •Y• (Ypsilon) más aguerridos y más melódicos. “A cuchillo” trae la calma evocadora, el despertar entre dormidinas y codeína. Desarrollos que van del post rock crepitante al noise pop con cierta vocación shoegazer… “Esta es nuestra pequeña canción hecha de forros de libro y sangre, y babas, y un poco más dame un cuarto de holocausto nuclear”.

“El mundo en sus manos” es su canto espiritual, un canto de amor y redención que termina acelerándose en un in crescendo redentor. Tu sangre en sus entrañas y dolor… mucho dolor… “En sus dentiecillos / un escalofrío / en mi horizonte / otro ataque al corazón”.

“Demasiadas peluquerías” y “Mantra del mal que espera” cierran como mantras eléctricos de un futuro próximo que no tardará en llegar.

Elvis Negro entregan un buen disco armado con bases sencillas que van del coldwave reposado al noise crepitante, y letras postmodernistas que en muchas ocasiones recuerdan a Ballard.