El Año de la Victoria

El Año de la Victoria

Que la música de Tigres Leones pueda sonar alegre y trotona no tiene que llevarnos a engaño. Sus letras, que en determinados momentos resultan crípticas y sinuosas (lo que ha llevado a muchos a pensar que lo suyo era psicodelia) contienen el amargo regusto de quien tiene que tragar con un día a día deshumanizante («Accidente» o «Los demonios«) o la tristeza de una ausencia sin la despedida apropiada («El año de la victoria«).

Y es que, efectivamente, lo de los madrileños no es lisergia flotante y etérea, sino caida libre, empujados por la gravedad para estrellarse contra el pavimento de la calle («Paracaidista ruso«).

Son igualmente una banda que compone, casi a ritmo de pasodoble, una canción dedicada al miliciano, o que canta sobre vestido de lunares, sobre no ir a la Legión («Popular«). Su mismo «Año de la victoria» tiene aires de tarantella o verbena. Suena todo ello a integración de elementos castizos (?), casi de la España de fiesta de verano, en un discurso agrio sobre la condición patria. Probablemente pudiera estar conectado con el sobresaliente diseño gráfico de Alberto González Vázquez, en la que Los del Río parecen lucir todo su gracia y campechanería en la portada sobre un tumulto de cadáveres a los que no tienen problema en rematar guitarra en mano con guiño a la portada del «London Calling» (CBS, 1979).

Pero no nos dejemos tampoco engañar por todo ello. Tanto círculo a tonos y ambientes patrios no quita para que «Domingo» tenga en sus guitarras o en los coros un embrión casi británico. Oleadas con la guitarra durante todo el tiempo que desembocan en melodía vocales que llevan al estribillo sonando casi a los Kinks, Beatles, qué se yo.. Similar analogía se me ocurre para situar la estructura de melodías y voces de «Popular«, que tiene mucho del cuarteto de Liverpool.

Para «El mar» sin embargo, diríase que giran el punto de mira a aproximaciones no tan lejanas a las del Donosti Sound de Le Mans o La Buena Vida, no tanto por meras cuestiones musicales, sino por la misma ambientación playera. Aunque eso sí, se aborda como le gusta a Tigres Leones: «La ola vendrá / Me llevará al sur / Me despertaré / Junto a un atún«. Algo diferente al resto, la canción cuenta con la aportación de David Rodríguez (La Bien Querida, La Estrella de David) con el piano, sintetizador, teclado y coros.

Es, asimismo, David Rodríguez, el responsable de la producción, corriendo la grabación y mezclas a cargo de Sergio Pérez (Svper) en los estudios Maik Mayers de Barcelona. Hay también la contribución a la trompeta de Jesús Rodríguez, que se grabó en los Estudios Aural de Madrid. La masterización fue obra de Xavier Alarcón (La Casa Azul).

Tigres Leones son igualmente ese grupo capaz de entonar vivas a la República Checa, al pueblo Mongol, al Puente de Vallecas y a Benidorm en una misma canción. Lo hacen en el tema que dedican, sin que venga a cuento en el estribillo, al director de cine Milos Forman, probablemente una de las mejores del álbum y que lleva el sello cien por cien reconocible de la banda.

De igual manera son los que componen una de las mejores letras que haya visto jamás para describir lo que parece el encuentro amoroso de una pareja que aprovecha la soledad en el hogar que queda cuando se van los niños a la escuela. Se trata de «Haz que se vaya el aire» y contiene como digo, algunas de las líneas de poesía más logradas para referirse a circunstancias tan íntimas.

Razones más que suficientes todas ellas para celebrar efectivamente este «El Año de la Victoria».

Grupo:

En muchas ocasiones la escena independiente la...

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Tracklist:

  1. Golpe en la puerta
  2. Miliciano
  3. El año de la victoria
  4. Domingo
  5. El mar
  6. El mejor amigo del hombre
  7. Milos Forman
  8. Accidente
  9. Popular
  10. Haz que se vaya el aire
  11. Los demonios
  12. Paracaidista ruso

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