El 5 de abril de 1988 fallecía Ramón Recio y en su funeral el sacerdote leía en voz alta la letra de “Todos los negritos”. Poco después se iría también Alberto Haro y Eugenio. Antes ya se había marchado Ulises Montero. Como homenaje, Glutamato realizaba en la sala Revólver un concierto titulado “Por mis Muertos”, estrenando y allí un tema inédito, “Conjuro a medias” y regalando un EP compartido con La Banda del Otro Lado para rendir homenaje a Ramón y a todos los demás.
Destaca la ligera y ensoñadora “Ojos de corza herida” que en cierto modo, emociona como homenaje.