El buen comportamiento comercial de “Oh Daddy, Oh Mama” (Novola, 1973) propicia un buen año en el que el grupo comienza a creer en sus posibilidades. Zebra sin salirse de sus parámetros pop rock, se muestra ahora mucho más acústico con una “Carolina girl”, con reminiscencias de rock sureño en la instrumentación y una melodía que bien podría haber sido creada por Paul Simon el cantante regresando a la lengua de Shakespeare.
La cara B camina por los mismos derroteros de la balada acústica cantada a varias voces, cosa que favorece el sonido de un grupo que carece de un buen cantante. Un delicioso tema cargado de melancolía y suavidad en sus formas, que acaba de marcar la deriva hacia el folk rock de un grupo que había comenzado bebiendo en las fuentes del rock más aguerrido.