Cantares de Vela

Cantares de Vela

La negritud está presente en “Cantares de Vela” (La Huella Sonora / GASA, 2002), cuarto disco de Juan Perro, desde la portada y las fotografías interiores, retratos de la noche y la oscuridad. Rodeado de colaboradores habituales, como el percusionista Moisés Porro, el pianista Javier Mora, o el contrabajista Javier Colina, Auserón tomó las riendas de la producción. Concibiendo cada álbum como un trabajo de investigación, el músico aragonés pretendía en esta ocasión acercar los caminos del soul y la música tradicional latina. José Más -Kitflus-, le ayudó con los arreglos de cuerda y metales.

La primera, en la frente: “Cantares de vela” arranca con “No más lágrimas”, una de las mejores canciones del repertorio de Juan Perro. Una joya curativa con corazón de soul y una letra embriagadora: “Nadie puede ser el dueño / de los mares del ensueño / y la flor del pensamiento / la deshoja el viento”.

El cigarrito”, a ritmo de son, insta a tomarse la vida con calma, mientras que la nocturna “Luz del barrio” luce un estribillo ganador: “Dicen por el vecindario / que en el barrio hay poca luz / que te miren a los ojos / cuando ríes tú”.

Con un colchón mínimo, de batería, contrabajo y guitarra acústica, “Apaga la vela” sigue el trasiego  bajo la premisa de mejor cuanto más lento, y guarda un espíritu contestatario: “El mercado de talento / especula con tu alma / y te roba el pensamiento”.

Cántaro roto” habla de destinos errantes y de la música como liberación, en otro retrato del bohemio. Y si con el “El cigarrito” homenajeaba Juan Perro la pausa y el tabaco, “Solo el vino”, de lo más pop del disco (aunque con un carácter eminentemente negro), hace un guiño al elixir de los dioses.

La pegadiza “No me conoces” perfila pasiones fatales y “Agujero en la red”, menos lograda, bucea entre una de las consecuencias de la generalización de Internet, el acomodo: “Para qué empeñarse en luchar / cuando tienes en tu mano tu bienestar”.

La catarsis necesaria para la calma parece nutrir “El son de los muertos”, una buena canción que suena cristalina, sin embargo, y que cuenta con una fantástica interpretación a la trompeta de Benet Palet. “La misteriosa” es otro de los tesoros de “Cantares de vela”, una maravillosa pieza con sabor portuario que Auserón grabó también en gallego.

Al igual que “Apaga la vela” y “Agujero en la red”, la más bailable “Yo no quiero ser real” es una canción crítica con la sociedad actual: “Si el negocio está en cambiar / realidad por ilusión / prefiero vivir cantando / debajo de tu balcón”. Es el penúltimo trago del disco, que acaba con “La mala fama”, vestida con cuerdas y vientos, una viñeta con humor que recuerda en cierto modo al antihéroe de “Me siento en la cama”, del socio Kiko Veneno.

Grupo:

Juan Perro es el álter ego de...

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Tracklist:

CD 1

  1. No más lágrimas
  2. El cigarrito
  3. Luz del barrio
  4. Apaga la vela
  5. Cántaro roto
  6. Sólo el vino
  7. No me conoces
  8. Agujero en la red
  9. El son de los muertos
  10. La misteriosa
  11. Yo no quiero ser real
  12. La mala fama

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