Suponemos que se debe a una política del sello discográfico, pero este disco nos resulta bastante incomprensible. Después de demostrar que eran capaces de versionear a The Beatles con solvencia, de hacer un beat de muchos quilates y de tocar rock and roll del bueno, Tony Ronald y sus Kroner’s nos endiñan cuatro instrumentales en los que Tony se limita a tocar la rítmica. Cuatro instrumentales en plan añeja orquesta de baile con boleros y tangos. El sonido que toman como referencia era el de The Spotnicks.
El que se luce a modo, como siempre ocurre en este estilo, es el guitarra solista Frankie Gort que hace cantar a su guitarra. Los demás le siguen el rollo y a otra cosa. En España había en esa época una fiebre instrumental, pero también había grupos locales que se desenvolvían con bastante más experiencia y originalidad.
En 1985, a instancias del Club de Amigos del Disco Antiguo se hizo un facsímil de esta rareza discográfica.