Aidalai

“Aidalai” (BMG / Ariola, 1991), el último trabajo de Mecano, ya evidencia síntomas de desgaste y pérdida de imaginación, camuflados con un supuesto eclecticismo que les hace tocar distintos palos, como la salsa (la poco acertada “Bailando salsa”) y el flamenco (la indigna “Una rosa es una rosa”). Sin embargo, a estas alturas, cualquier cosa que hiciera Mecano suponía un éxito rotundo, como demuestran las ediciones sacadas tanto en Italia como en Francia.

En el espectro de temas tratado cobra especialmente importancia el del SIDA. Nada menos que dos canciones son las que se incluyen en el álbum referidas a dicha enfermedad: “El fallo positivo” y “Una rosa es una rosa”. La primera todo un acierto, la segunda… no tanto. Pero como suele ocurrir en estas ocasiones, la canción sería seleccionada para la campaña del Renault Clio Mecano.

Sin embargo, pese a la patente caducidad de ideas, el que tuvo retuvo, y el largo incluye algunas composiciones al mismo nivel que las de sus dos anteriores trabajos, tanto en popularidad como en calidad. Nos estamos refiriendo a la propia “El fallo positivo”, a la de nuevo dedicada a Coloma Fernández Armero “El 7 de septiembre”; al pop cándido, sencillo y animoso de “El lago artificial”, “El peón de negras” o “J.C”, si bien es cierto que el lirismo característico pierde en las comparaciones, y la instrumental es una sombra de anteriores entregas. “Sentía” recuerda un poco al “Lía”, también de Jóse María Cano, que años más tarde popularizaría Ana Belén.

Durante la mastodóntica gira del mismo, la banda decidiría tomarse un respiro. La despedida tampoco pillaría tan de sorpresa a la gente: “El Uno, el Dos, el Tres” es un adios encubierto en forma de retrospectiva.