El Tigre del Guadarrama

El Tigre del Guadarrama

El inicio de la década de los 80 fue muy prolífico para las Vainica Doble. Acostumbradas a dejar años de margen entre sus trabajos a mediados de 1981 el dúo ya estaba preparado para grabar un nuevo disco, pero la no disponibilidad de José Manuel Yanes hizo que se retrasara hasta pasado el verano. Un golpe de suerte, ya que durante esos meses las Vainica compusieron el tema que daría nombre al disco. Grabado en los estudios Musigrama fundados por Pepe Loeches y Joaquín Cobos en 1973, las Vainica tienen como músicos de acompañamiento al grupo formado por Gaspar Payá y Julio Gilsanz (guitarra), Miguel Ángel González (bajo), Antonio Moreno (batería) y Bernardo Fuster (percusionista). José Manuel Yanes aparte de ser productor y arreglista, también se ocuparía de los teclados. La portada fue diseñada por Nube Negra.

“El Tigre de Guadarrama” comienza con “Ser un Rolling Stone” un tema de corte rockero que pasó de ser un homenaje sólo a los Rolling a convertirse en uno a las muchas influencias que tenía el dúo como Crosby, Still & Nash, Jimi Hendrix, Frank Zappa, Traffic, Cream, Led Zeppelin, The Doors o The Beatles. No será el único tema con un trasfondo musical ya que “Crónica madrileña” -coescrito junto al guitarrista asturiano Julio Gilsanz y que a posteriori trabajaría con Ramoncín o Brian May (Queen) entre otros- es un corte rock sobre su particular visión de la movida madrileña siendo el tema más flojo del lote.

El duelo” es una de las canciones más desoladoras que han escrito las Vainica pero también una de sus cumbres tanto en lo musical como en lo lírico. Es curioso como el dúo era capaz de llevarte a un mundo donde hay duendes y brujas a ser capaz de presentar el lado más procaz y soez del ser humano. En “El duelo” narran como los herederos de un fallecido de cuerpo presente tiran el legado de una vida que ellos consideran de poco valor, y que en realidad son los que mejor definían al difunto (“Nadie reclama su herencia en encanto ni en dulzura / Nadie quiere su inocencia, su bendita chifladura“). Este tema junto a “Madre que no hay más que una” eran músicas de la película “Furtivos” (1975) de José Luis Borau, un filme con Ovidi Montllor como protagonista que muestra los sentimientos más primarios del ser humano como el amor, la posesión, los celos, la autoridad, la represión y la violencia. La aparición de la madre castradora no es nueva en el cancionero del dúo ya que en “Heliotropo” (Ariola, 1973) ya aparecía en el tema “El pabú“.

Las Vainica recuperan el tema de la educación y la escuela en “El rey de la casa” donde denuncian las actitudes proteccionistas y conservadoras de los padres de su generación. Mientras que en “Cartas de amor” narran una triste historia de una mujer escribe cartas a un amor inexistente para ocultar su propia soledad. En “Chaparrón de abril” recuperan un poco el tono idílico de la infancia en una escena costumbrista de recuerdo de su niñez. Un corte donde destacan, sobre todo, los arreglos y los teclados de José Manuel Yanes.

El disco se cierra con la homónima “El Tigre del Guadarrama” donde sobre Preludio en Mi menor Op.28 nº4 de Chopin se describe con todo lujo de detalles naífs el suicidio de una mujer tirándose por un precipicio ante la indiferencia de los domingueros donde las Vainica consiguen aunar unas escenas virulentas (“Por si acaso, a mi paso y con los dientes, iba arrancando setas“) con unas imágenes bucólicas y poderosas (“el sol en lomos de bermejas” o “la Polar me reclamaba a la región de los fríos“) hasta que aparece la figura mitológica del tigre del Guadarrama como paso previo al último suspiro.

Grupo:

VIII Festival de la Canción Española de...

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Tracklist:

  1. Ser un Rolling Stone
  2. El duelo
  3. Chaparrón de abril
  4. El rey de la casa
  5. Crónica madrileña
  6. Cartas de amor
  7. Madre no hay más que una
  8. El tigre del Guadarrama

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